domingo, 10 de abril de 2011

Tarea 1

lunes, 11 de agosto de 2008

La premura de ser mortal


Domingo.
Hacía tiempo que no sentía eso, eso que el humano busca y que cuando encuentra le llama felicidad.
Hacía mucho que esa felicidad se camuflajeó de tantas cosas que luego se me perdió entre tanta escenografía.
Ayer domingo, recibí nuevos rayos de luz, que amortizan un poco, sólo un poco la pesadumbre del día a día.
Pero, hoy lunes, entre la astucia de un infierno cotidiano y los 40 grados de temperatura, me recordaron tantas cosas...
Cosas que había olvidado. Cosas que sólo los mortales viven, cosas que luego de mucho tiempo me volvió a tocar vivirlas.
La premura de ser mortal. De caminar por las calles del centro de la ciudad bajo el castigo del sol que sin miramientos escupe sus lenguas sobre mí.
Sinceramente, no recordaba lo que implica la mortalidad; eso de sufrir por lo que todos sufren cuando pude crear mi pequeño paraíso, pero hasta ese lugar llegaron las cucarachas de la sorna, los bichos del convenio, esa plaga que maniata toda esperanza de fuga...

martes, 5 de agosto de 2008

Regreso continuo


Regreso, desde hace casi un año que no escribía nada en este espacio.
La vida te lleva y te vuelve a llevar.
Pero aquí andamos.
De hecho me hablo a mi mismo.
Porque creo que nadie llegue a este lugar, a este espacio.
Mientras espero que mis neuronas se acomoden de nuevo y empiecen a gestar ciertas ideas necesarias para ir a cobrar facturas.

En fin.
Ya aparecí.
Aparecí porque es fastidioso para un fantasma que nadie lo invoque.
Saludos a todos, saludos a mí.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Bonds y el café


Por fin. Una de las noticias deportivas que tendrán eco por muchos años hasta que se convierta en mito.

Barry Bonds rompió la marca de más jonrones impuesta por Henry “Hank” Aaron hace muchos, pero muchos lustros (1974).

La noticia de la hazaña abre los titulares de la mayoría de los noticieros a nivel internacional.

Tomó espresso doble y leo los titulares de diferentes medios electrónicos.

Recuerdo a Bonds en aquel tridente poderoso en los Piratas de Pittsburg en la década de los noventa, a lado de Andy Van Slyke y Bobby Bonilla. Vaya trío de toletes que cimbraron los estadios con sus tablazos de cuatro esquinas.

Ahora, Bonds es el nombre que se repite, es el hecho extraordinario de relevancia.

En los medios de comunicación se bromeó con la pregunta ¿qué harías si tú obtuvieras la pelota del jonrón 756.

Todos vacilaron en que mínimo pedirían cuatro millones de dólares por el pequeño esférico. Suma nada despreciable para un objeto que adquiere valor a través de la mitificación.

El café se está enfriando, me sirvo un poco más. Sigo pensando en Bonds y en la historia. La historia que a partir de hoy le irá dando la espalda. Por qué. Porque ya logró lo trazado a la vista del hombre. A nadie le importa el jonrón 757, ese ya no vale, más que para las estadísticas, para la numeralia.

Ya Bonds se ha perpetuado en la historia como el hombre que rompió el record de otro hombre, que a su vez rompió el record de otro hombre que a su vez…

Así es. A menos que Bonds se convierta en el hombre que más veces consecutivas se ponche o que nunca más le vuelva a pegar a la pelota, nadie moverá de su peldaño a Barry.

La historia tenía para él ese lugar y por desgracia en el buen sentido de la palabra, Bonds se ha marcado con el 756.

Digo que por desgracia, por que ahora Barry ha limitado sus áreas de oportunidad. De pronto las hazañas son lastres que se convierten en pesadillas para otros. Los medios de comunicación hoy tienen su gran nota, dejando en el tintero el signo de interrogación con respecto al consumo de asteroides del buen Barry. Total, en este mundo nadie está contento.

El café se volvió a enfriar.

martes, 7 de agosto de 2007

Apetito o hambre


Tres de la mañana, el sueño se ha ido, sin avisar, simplemente un aplauso, un segundo, la idea de fumar un cigarro. No tengo sueño, de hecho, estaba dormido y ahora mis ojos están completamente abiertos y pudiese pararme e ir al baño o encender la computadora y escribir. Esa idea se repite, pero mejor me concentro en el sueño. No sucede nada.
Pienso en hambre. Tengo hambre, hambre en el sentido de triunfo. Pienso en hambre o apetito. Qué tengo. ¿Hambre o Apetito?
Qué diferencia hay. La escuela en la que estudias, la colonia en la que vives, los amigos que tienes, los lugares a los que viajas o viajarás o viajaste.
Tengo hambre, no apetito. Estudié en buena escuela, he viajado, tengo excelentes amigos. Pero sin duda tengo hambre, hambre de completar tantos sueños que se repiten por las noches y que sólo me emocionan y hacen que me levante extasiado buscando los tesoros que guardé debajo de la barra desayunadora. Pero no hay nada. Y eso me emputa. Por qué juegan los sueños conmigo.
En fin. Tengo hambre, hambre de lograr, hambre de seguir soñando, de seguir trabajando al 100 por ciento; hambre de ser y seguir siendo...
Tengo hambre de dormir, de evitar que los duendes se vuelvan a robar mi sueño.
Son las cuatro y diez de la madrugada, como la canción de Aute... imagino que fumo un cigarrillo, lo aviento en la banqueta de las ilusiones, sigo caminando hacia el portal. Mis ojos se han cerrado, sonrío, todo está en calma. Mi hambre se ha disipado. Eructo sueños, bebo anhelos, recogo el plato de los convenios...
Hasta mañana...

viernes, 3 de agosto de 2007

INT. OFICINA. TARDE.

Viernes, san viernes... allá afuera, el calor del verano regio no deja de arrancarnos gotas de sudor. Acá adentro hay clima, hasta un poco de frío tengo. Charlo con algunas personas acerca de cine, de actuación, de guiones.
Tengo en la mente mil opciones en las cuales distraerme, pero ninguna lo suficientemente intensa para hacerme cambiar de opinión -con respecto a escribir esto-.
Recibo llamadas, cuelgo, mensajes, mails...
Ya es fin de semana.
Cómo cambian las cosas con el paso de los días. Ahora fin de semana significa tranquilidad, casa, hogar, visitas familiares, todo aquello que se desdeñaba.
Ahora es otro tiempo, difícil, diferente, distante.
Ahora me puse a redactar para un guión compartido, 5 minutos de mi vida.
5 minutos que tal vez se perderían entre otro tanto de miles de minutos que he dejado pasar en mi vida sin rastro ni huella...
El silencio en la oficina me da cierta incertidumbre, el escuchar sólo a Dj Shadow y su "six days".
Quiero café, quiero un cigarro... quiero una idea.
Quiero lluvia que sin mojar, refresque.

El personaje sale de cuadro. Decide encender un cigarro y tomar café.

martes, 31 de julio de 2007

Ahora Antonioni


Qué sucede en el mundo, que las grandes mentes se están evaporando, mas no su legado. Ayer fue Bergman, por el cual sentí una tristeza singular, gracias a él, el cine para mí es algo más que entretenimiento. Ahora murió Antonioni, otro gran director que deja su legado en festivales, videoclubs, dvd´s y en reseñas y libros.

Qué sucede? Los buenos se mueren y los malos se multiplican.

El director italiano de cine Michelangelo Antonioni ha fallecido a los 94 años de edad, según ha confirmado su familia.

Antonioni murió a las ocho de la tarde de ayer en su casa de Roma, donde residía junto a su mujer, Enrica Fico. El cineasta sufría dificultades para hablar y desplazarse tras sufrir una parálisis cerebral en 1985.

El Ayuntamiento de la capital italiana acogerá la capilla ardiente con sus restos mortales. El entierro se celebrará el jueves en Ferrara, al norte del país, donde el director nació el 29 de septiembre de 1912.

Entre la filmografía de Antonioni destaca su película Blow-up, premiada en el festival de Cannes en 1967, basada en un relato del escritor argentino Julio Cortázar, en la que se narra la vida de un fotógrafo en Londres que descubre un asesinato a través de sus fotografías.

Antonioni fue en primer lugar crítico de cine en un estudio local antes de llegar a Roma donde cursó estudios en el Centro Experimental del Cine y colaboró en el Estudio Cine, considerados como centros culturales de resistencia al fascismo.

En 1942 en París, trabajó de ayudante de Marcel Carné y posteriormente colaboró con Roberto Rossellini. En 1950 rueda su primer largometraje Crónica de un amor. Su estilo se afirma en su trilogía La Aventura en 1960, La noche, 1961 y El eclipse, 1962, interpretada por Monica Vitti, su actriz talismán, su compañera y su musa durante una decena de años. Su consagración la alcanza con Blow-up.

Antonioni fue homenajeado por el cine italiano a los 90 años, en septiembre de 2002. Estos últimos años, muy limitado por la enfermedad tras la parálisis cerebral, se había refugiado en el mundo de la pintura y logró exponer algunas de sus obras en Roma el año pasado. (información tomada de la pág. electrónica del diario El País, de España)